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Mareas en Pleamar y en Bajamar

Velero en pleamar y en bajamar
Pleamar y Bajamar: Análisis de los Ciclos de Marea y sus Implicaciones

Los fenómenos de pleamar y bajamar constituyen manifestaciones directas de las fuerzas gravitacionales que ejercen los cuerpos celestes sobre las masas oceánicas terrestres. 

Estos ciclos en la marea, gobernados principalmente por la atracción gravitacional lunar y solar, generan variaciones predecibles en el nivel del mar que alcanzan amplitudes significativas en determinadas configuraciones geográficas y astronómicas.

La comprensión de estos procesos resulta fundamental no solo desde una perspectiva oceanográfica, sino también para la navegación marítima, la ingeniería costera, y la evaluación de riesgos en zonas litorales.

Los efectos de las mareas trascienden las simples variaciones del nivel del mar, influyendo en patrones de corrientes, transporte sedimentario y dinámicas ecosistémicas costeras.

  • Fuerza gravitatoria: La Luna, al ser el satélite natural de la Tierra, ejerce una fuerza de atracción gravitatoria sobre nuestro planeta. Esta fuerza es la principal causante de las mareas. 
  • Pleamar: La atracción gravitatoria de la Luna crea dos abultamientos en los océanos, uno en el lado de la Tierra más cercano a la Luna y otro en el lado opuesto. Estos abultamientos corresponden a las mareas altas (pleamar). 
  • Bajamar: En los puntos de la Tierra situados a 90 grados de los abultamientos, es decir, perpendiculares a la línea Tierra-Luna, el nivel del mar es más bajo. Estos puntos corresponden a las mareas bajas (bajamar). 
  • Influencia del Sol: Aunque la Luna es la principal fuerza impulsora de las mareas, el Sol también ejerce una influencia gravitatoria sobre la Tierra, aunque su efecto es menor debido a su mayor distancia. 
  • Mareas vivas y muertas: La alineación entre el Sol, la Luna y la Tierra influye en la magnitud de las mareas. Cuando los tres cuerpos celestes están alineados (luna nueva y luna llena), las mareas son más altas (mareas vivas). Cuando la Luna está en cuarto creciente o menguante, formando un ángulo recto con la Tierra y el Sol, las mareas son más moderadas (mareas muertas). 
  • Rotación de la Tierra: La rotación de la Tierra sobre su eje también influye en el ciclo de las mareas, haciendo que cada lugar de la Tierra experimente dos mareas altas y dos mareas bajas cada día lunar (aproximadamente 24 horas con 50 minutos). 

Las mareas resultan de la interacción compleja entre las fuerzas gravitacionales de la Luna y el Sol sobre el sistema Tierra-océanos, moduladas por la fuerza centrífuga generada por el movimiento orbital del sistema Tierra-Luna. La fuerza de marea, proporcional al gradiente del campo gravitacional, induce deformaciones en la envoltura fluida terrestre que se manifiestan como ondas de marea de gran longitud de onda.

El potencial de marea lunar, aproximadamente 2.2 veces mayor que el solar debido a la proximidad relativa, genera dos abultamientos oceánicos diametralmente opuestos que siguen el movimiento aparente de la Luna. La rotación terrestre bajo estos abultamientos produce el ciclo semidiurno característico, con dos pleamares y dos bajamares por día lunar (24 horas 50 minutos).

La amplitud de marea experimenta variaciones cíclicas determinadas por la configuración astronómica. Durante las sizigias (Luna nueva y llena), cuando los efectos lunar y solar se superponen constructivamente, se producen las mareas vivas con amplitudes máximas. Por el contrario, durante las cuadraturas (cuartos lunar), la interferencia destructiva entre ambos efectos genera las mareas muertas con amplitudes mínimas.

Variaciones de Presión Atmosférica Durante los Ciclos Mareales

La relación entre las variaciones mareales y la presión barométrica presenta características particulares que requieren análisis diferenciado. Durante la pleamar, especialmente en mareas vivas, se observa frecuentemente una ligera disminución de la presión atmosférica local debido al efecto de "bomba barométrica inversa". Este fenómeno resulta de la redistribución de masas oceánicas que modifica el campo gravitacional local y la distribución de presiones en la columna atmosférica.

La variación barométrica típica durante un ciclo mareal completo oscila entre 0.5 y 2 mbar, siendo más pronunciada en regiones con amplitudes mareales significativas. Esta variación se superpone a los patrones meteorológicos sinópticos, generando en ocasiones efectos de refuerzo o atenuación de las mareas astronómicas predichas.

Durante la bajamar, la presión barométrica tiende a experimentar un ligero incremento, parcialmente compensado por efectos dinámicos asociados a las corrientes de marea. La magnitud de estas variaciones depende de factores locales incluyendo la batimetría, la configuración costera, y las condiciones meteorológicas predominantes.

Predicción y Análisis Mareal

Componentes Armónicas

La predicción mareal se fundamenta en el análisis armónico de las componentes que conforman la señal mareal. Las componentes principales incluyen:

  • M2 (Principal lunar semidiurna): Período de 12.42 horas, constituye generalmente la componente dominante en la mayoría de ubicaciones oceánicas.
  • S2 (Principal solar semidiurna): Período de 12 horas exactas, responsable de las variaciones de amplitud entre mareas vivas y muertas.
  • N2 (Lunar semidiurna elíptica): Período de 12.66 horas, refleja la variación en la distancia Tierra-Luna debido a la excentricidad orbital.
  • K1 y O1 (Componentes diurnas): Períodos aproximados de 24 horas, determinan el carácter diurno o semidiurno de la marea local.

Indicadores de Transición Mareal

La identificación del momento de cambio entre pleamar y bajamar requiere el análisis de múltiples indicadores observacionales. El cese del movimiento vertical del nivel del mar marca el punto de inversión, seguido por un período de "repunte" donde las velocidades de corriente se aproximan a cero antes de invertir su dirección.

Las corrientes de marea presentan un desfase temporal respecto al nivel del mar, alcanzando sus máximas intensidades durante los períodos de mayor gradiente de altura mareal. Este desfase, conocido como "establecimiento del puerto", varía según las características locales del fondo marino y la configuración costera.

Los cambios en la dirección y intensidad del viento local, especialmente en zonas costeras protegidas, pueden proporcionar indicaciones adicionales sobre las transiciones mareales debido a los efectos de canalización atmosférica modulados por los gradientes térmicos asociados a la exposición o protección de superficies intermareales.

Precauciones Operacionales

Durante la Pleamar

  • Los períodos de pleamar, particularmente durante mareas vivas, requieren precauciones específicas en actividades marítimas y costeras. La navegación en aguas someras debe considerar la posibilidad de corrientes intensas y cambios súbitos en las condiciones de calado disponible. Las operaciones portuarias deben evaluar las tensiones adicionales en líneas de amarre y defensas debido a las variaciones en los niveles de flotación.
  • La actividad pesquera artesanal debe considerar que las corrientes de pleamar pueden intensificar el arrastre de sedimentos y material orgánico, alterando las condiciones de visibilidad subacuática y la disponibilidad de especies bentónicas. Las zonas de fondeo requieren evaluación continua de las distancias de seguridad debido a las variaciones en el radio de borneo.

Durante la Bajamar

  • La bajamar presenta riesgos diferenciados, principalmente relacionados con la reducción del calado disponible y la exposición de obstáculos submarinos. Las embarcaciones de calado significativo deben planificar sus movimientos considerando los períodos de agua mínima, especialmente en canales de acceso y zonas portuarias con limitaciones batimétricas.
  • La exposición de zonas intermareales durante bajamar extrema puede generar condiciones peligrosas para actividades recreativas costeras, debido a la formación de corrientes de retorno canalizadas y la inestabilidad de sedimentos saturados. Las operaciones de buceo deben considerar las corrientes residuales y los cambios en las condiciones de visibilidad asociados a la resuspensión sedimentaria.

Fenómenos Excepcionales: Rissagas (o meteotsunamis)

Las rissagas constituyen oscilaciones del nivel del mar de período intermedio (entre varios minutos y algunas horas) que se superponen a las mareas astronómicas regulares. Estos fenómenos, relacionados con resonancias en cuencas semi-cerradas excitadas por perturbaciones atmosféricas, pueden amplificar significativamente los niveles extremos durante pleamares, generando situaciones de riesgo no contempladas en las predicciones mareales estándar.

Aunque las rissagas presentan características distintas a las mareas gravitacionales, su interacción con los ciclos de pleamar y bajamar puede producir efectos de amplificación o atenuación que requieren consideración en la gestión de riesgos costeros, especialmente en configuraciones portuarias y bahías con características resonantes específicas.

El conocimiento detallado de los ciclos de pleamar y bajamar, junto con sus efectos sobre la presión barométrica local, resulta esencial para la planificación de actividades marítimas y la gestión de riesgos costeros. La predicción precisa de estos fenómenos, basada en análisis armónicos y modelos numéricos avanzados, proporciona herramientas fundamentales para la seguridad marítima y la optimización de operaciones portuarias.

La variabilidad de estos procesos, modulada por factores astronómicos, meteorológicos, y geográficos locales, requiere un enfoque integrado que combine conocimientos teóricos sólidos con observaciones sistemáticas y experiencia operacional. La consideración de fenómenos excepcionales como las rissagas añade una dimensión adicional de complejidad que subraya la importancia de mantener sistemas de monitoreo y alerta eficientes en entornos costeros vulnerables.

Previsión del tiempo para Vilafranca del Penedès.

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